​​Con el fín de la etapa estival y la llegada de los primeros fríos, es preciso proteger nuestro organismo reforzando nuestras defensas y, en caso de procesos gripales o catarrales, aprovechar los múltiples beneficios que las plantas nos ofrecen, a través de la fitoterapia. Por ello, haremos un repaso por una serie de plantas cuyas propiedades pueden sernos de gran utilidad, en las estaciones que ahora se avecinan.

El TOMILLO (thymus vulgaris L.) es una planta aromática medicinal de la familia de las labiadas. Bien conocidos son sus usos culinarios y numerosos los beneficios para la salud, por sus muchas propiedades curativas.

A nivel general, es un excelente estimulante de las funciones cerebrales y cardiorrespiratorias, por lo que está indicado en casos de decaimiento, astenia, hipotensión, falta de riego arterial y falta de memoria. 

Posee acción diurética y un alto contenido en vitamina P.

Utilizado en infusión, ofrece excelentes resultados  en tratamientos contra digestiones lentas, dolores estomacales, cólicos abdominales, flatulencias y otros trastornos digestivos. Además, funciona como estimulante del apetito y tiene un ligero efecto astringente.

Para casos de conjuntivitis, bastará con humedecer una gasa en la infusión de la planta para aliviar y relajar los ojos .

Desde la antigüedad se ha utilizado para lavar la piel en casos de úlceras, piorrea o acné y, gracias a sus propiedades calmantes y cicatrizantes , es común su uso para aliviar la psoriasis. Asimismo, se puede utilizar su decocción en casos de halitosis o mal aliento.

Se recomienda el alcohol del tomillo para fortalecer la piel y por sus beneficios como antiinflamatorio es indicado para afecciones como las úlceras de decúbito.

Igualmente, posee propiedades expectorantes y antitusígenas, siendo un excelente antiséptico, antimicrobiano y mucolítico, lo que lo convierte en un gran aliado para combatir   enfermedades  como la gripe, los catarros e incluso el asma .

Tomillo (thymus vulgaris L.)